Gabriela Michetti dijo que los alumnos, en lugar de realizar tomas, deberían ayudar a arreglar los colegios. Macri bajó del avión y dijo que a los maestros y profesores que falten les iban a descontar los días. Esteban Bullrich (ministro de educación porteño, con el aval de Rodríguez Larreta) pidió que los colegios confeccionen una lista con el nombre y apellido de los alumnos que participan de las tomas. Macri (vía twitter): “el derecho a reclamar es genuino, pero acá hay una militancia política”.
Estas son algunas de las declaraciones que emitió el Gobierno de la Ciudad en relación al conflicto con los alumnos secundarios. Podemos estar de acuerdo o no con la evaluación que realiza Macri, pero no se puede
desconocer que esas declaraciones no están dirigidas a los alumnos. Según escuchamos de los alumnos, el estado de los colegios es pésimo, por tal motivo decidieron reclamar obras de infraestructura tomando los colegios. Ninguna de las declaraciones anteriores sirve, si quiera por aproximación, para dar respuesta al planteo de los alumnos. Entonces, ¿a quién le habla el macrismo?
desconocer que esas declaraciones no están dirigidas a los alumnos. Según escuchamos de los alumnos, el estado de los colegios es pésimo, por tal motivo decidieron reclamar obras de infraestructura tomando los colegios. Ninguna de las declaraciones anteriores sirve, si quiera por aproximación, para dar respuesta al planteo de los alumnos. Entonces, ¿a quién le habla el macrismo?
Pero antes de eso, veamos lo que se desprende de la frase vía twitter de Mauricio Macri.
“El derecho a reclamar es genuino, pero acá hay una militancia política”. Si el derecho a reclamar no está unido a una concepción política, o militancia, entonces hablamos de un tipo de reclamo que, generalmente, está relacionado con la protesta de un consumidor. Es decir un ciudadano-consumidor, que protesta y reclama ante un servicio deficiente. Lo que se espera de ese ciudadano-consumidor, llegado el caso de una protesta, es que eleve su reclamo según las pautas institucionales (legales) y espere una solución, nunca que realice una toma de Telefónica si su teléfono no funcionara correctamente. Es curioso ver hasta qué punto descendió el concepto de ciudadano en las corrientes políticas que más hablan de república. Un hombre o una mujer adopta el título de ciudadano en el momento que se hace público, que sale al espacio común a debatir e intentar modificar la realidad; cualquiera sea la forma de la protesta será necesariamente una militancia, en tanto busca transformar la realidad, eso es político. Por lo tanto, obvio que hay militancia política. También es obvio el motivo, transformar la realidad de los colegios que una gestión absolutamente ineficiente ha dejado en el olvido. Cuando el Estado no ejecuta el presupuesto destinado a obras de infraestructura es ineficiente. La plata está, sólo falta elaborar los planes en los cuales se gastará esa plata, eso fue lo que no hizo el macrismo. Más allá de esto, el problema es que la comunidad educativa no percibe a la educación como un servicio, más bien como un derecho ciudadano y eso trae consecuencias más activas por parte de los ciudadanos.
Entonces, ¿a quién le habla el macrismo? Les habla a sus votantes de derecha, en ningún caso alguien puede esperar que esas declaraciones sirvan para que los alumnos abandonen la toma y corran a una ferretería a comprar un fratacho. Y les habla a sus votantes por varias razones, pero la fundamental es que es un gobierno débil. Está debilitado por la cantidad y magnitud de frentes abiertos. La causa judicial por escuchas ilegales ha dejado al mismísimo Jefe de Gobierno procesado, con el aval de la Cámara Federal; la salud de la ciudad es absolutamente deficiente, aún cuando a nadie parece importarle demasiado; la policía metropolitana ya perdió a dos jefes por cuestiones judiciales, y se discute mucho sobre los agentes que la conforman; pero por sobre todas las cosas, al macrismo le faltan políticos. Sus ministros son incapaces de articular políticas públicas cuando deben enfrentarse a sectores que no son afines. Este problema se repite en cada intervención del Gobierno. Por lo tanto, aún cuando Macri dice estar dispuesto a dialogar con todos y todas para encontrar la mejor solución, no lo hace. El sólo habla con sus potenciales votantes, esa es su estrategia. Nada novedosa, por cierto. El Kirchnerismo utilizó la misma estrategia en la crisis del campo. También se enfrentó a un sector que, más allá de si la razón estaba de un lado o de otro, nunca oyó durante su mandato. Además es un sector que tiene mucha aceptación en la sociedad, por increíble que esto parezca cuando hablamos de la Sociedad Rural. Una vez en el medio del conflicto, y enfrentados a un sector ideológicamente opuesto y no escuchado, no hay margen para negociar porque, justamente, para que una negociación sea válida es necesaria cierta confianza en la palabra empeñada. Aquello de dar la mano ya no basta, tampoco la firma y miles de documentos, la cuestión es confianza. Vista la situación, el kirchnerismo siempre se dirigió al público que podía apoyarlo en ese conflicto. ¿Recuerdan a los dirigentes del campo cómo protestaban cuando el oficialismo hablaba pero no respondía a sus reclamos? Bueno, era verdad. Nunca les respondió a ellos, sino indirectamente. Estrategia que demostró su eficacia, no olvidemos que el Gobierno Nacional soportó: varios paros patronales del campo, desabastecimiento, corridas bancarias, una crisis internacional de proporciones aún insospechadas, derrota en elecciones legislativas, etc.
Ahora bien, Macri y su gente (iba a decir equipo pero tal calificativo queda grande) sabiendo su debilidad elige hablarle a su público. No es mala la estrategia, a menos que ud. sea de los que pataleaba por las cadenas nacionales de Cristina Fernández. ¡Ante todo coherencia! Después de todo, ni Macri ni Cristina Fernández son tan importantes como para dejarnos arrastrar a una incoherencia tan infantil. El problema es que el conflicto se extenderá hasta que lo decidan los alumnos, porque desde el Gobierno de la Ciudad decidieron apostar a sobrevivir. Que quede claro, no digo que la estrategia sea mala, pero algo sí me parece demasiado: decir que los alumnos son chavistas es un poco mucho o, por lo menos, insoportable ignorancia.
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