sábado, 26 de marzo de 2011

Literatura: Borges y los universos paralelos

Para Kafka, como para Escher, el espacio es una entidad sólida y maleable; para Borges, en cambio, el tiempo es lo que tiene estas cualidades. Borges polemiza con Nietzsche en relación a la doctrina del Eterno Retorno. Luego de establecer una genealogía de esta perspectiva filosófica, que se remonta a los griegos, y que la ciencia contemporánea (la teoría del Big Bang) parecen respaldar, Borges pasa a formular su propia idea del tiempo.

Para Borges el tiempo existe sólo como eternidad, es decir, como una sustancia infinita de la que formamos parte: “El tiempo es la sustancia de que estoy hecho”

Esta sustancialidad del tiempo, muy ligada a la idea spinoziana de Dios, al que se concibe como una sustancia geométrica e infinita, permite a Borges establecer desdoblamientos temporales, tiempos paralelos. El tiempo aparece como sólido. Es precisamente esta densidad la que permite la proliferación y bifurcación de las series temporales. Borges explora la posibilidad de variación, la alteridad del espacio y del tiempo.

El universo de Borges es un universo sumamente complejo en el que un hombre situado en el umbral de una serie de posibilidades puede elegir no una, sino todas, de modo que vive distintas historias universales, distintas vidas posibles

Frente al Eterno Retorno nietzscheano Borges postula un universo sujeto a múltiples variaciones. El tiempo no es una sucesión que se va a repetir por siempre, sino una acumulación de instantes, de ahí que pueda ramificarse, bifurcarse, como un rizoma infinito. No a la fatalidad del Eterno Retorno, parece decirnos Borges desde su ceguera irónica: mejor las bifurcaciones temporales, las historias universales alternativas, el tiempo abierto en infinitas direcciones

Autor: Mauricio Molina. Nota completa en http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/3006/pdfs/107-108.pdf

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