¿Cuántas veces habremos escuchado “eso es muy barroco, muy cargado”? o “cuantos adornos tiene esa fachada, es muy barroca.” Muchas, muchísimas. ¿Cuál es la razón? La respuesta es muy simple, el Barroco terminó con la simpleza del Renacimiento (que se había basado en las líneas puras del Bizantino) e hizo un quiebre en todos los aspectos artísticos y de expresión. Tanto la literatura, la escultura, la pintura, la arquitectura, la danza como la música tuvieron su gran cantidad de obras Barrocas, ya sea en su momento en el siglo XVII como a través de los años hasta el día de hoy.
El mayor auge del movimiento se dio entre el 1600 y el 1750 y ahora sí, ya toda Europa participaba de los cambios. Esto se debía, en parte, a la gran circulación de gente entre los países, dadas las actividades comerciales, Y también al incremento en la frecuencia de los viajes a América.
Corría el siglo XVI y el cristianismo se desmembraba. La Iglesia Católica europea tuvo que reaccionar contra muchos movimientos revolucionarios culturales que produjeron una nueva ciencia y una religión disidente dentro del propio catolicismo dominante: la Reforma protestante. La revolución fue generalizada.