lunes, 26 de septiembre de 2011

Editorial, el universo una vez más

Si bien la editorial intenta ser un espacio de reflexión, alejada de los temas del día, el cronista admite que pasó mucho tiempo sin hablar sobre el universo. Por tanto, no puede evitar la noticia (¿de color?) sobre una partícula subatómica que podría viajar a mayor velocidad que la luz. ¿Para qué? Se preguntará lector, mientras reclina el asiento y se dispone a mirar un tuje. La verdad de una época nunca es demasiado clara para el contemporáneo, pero es aún más oscura si ni siquiera nos preocupamos por ella.



El Dr. Baltazar de las Quimeras abrirá el juego con una de sus declaraciones más olvidadas, dice: “(…)a mí no me vengan con chiquitas, hasta que no aclaren por qué una vez frente al espejo pude ver como la imagen cerraba los ojos, lo demás me importa poco. Incluso las declaraciones sobre múltiples dimensiones y universos paralelos”

Ya nos ocuparemos sobre los trucos que se esconden detrás del espejo, antes debemos confirmar que el testimonio del Dr. se basa en hechos reales. La teoría M, como se la conoce en la física actual, postula que existen once dimensiones y que el universo, en realidad, es una membrana. Dicho sea de paso, pueden haber varias, incluso infinitas. El eterno perdedor de todas las estadísticas mundiales sobre pobreza y educación nos dice: “ya tengo bastante con eso de arriba y abajo, derecha o izquierda, para aceptar seis más y considerar al tiempo como una de ellas. En definitiva, siempre termino acostado con el tuje apuntando al norte”.



El cronista advierte que la palabra "tuje" ya fue utilizada como concepto para hablar sobre el universo o las leyes que de él se desprenden, hecho por cierto llamativo. Escapando del lenguaje soez, retoma la confesión del sujeto post moderno: "¿todavía no me declaran inocente por matar a Dios y ahora me tiran con esto?"

Difícilmente encontremos alguna practicidad en el hecho de que una partícula pueda tocarle bocina a la luz por andar paseando un domingo. Sin embargo, echaría por tierra uno de los pilares teóricos más importantes del siglo XX, y por qué no del siglo XXI. La mismísima teoría de la relatividad lucha por sobrevivir. “¡Si Einstein viviera.....!”, dice la vieja de la esquina. Allí se expresa, entre otras cosas, que nada puede viajar más rápido que la luz. Pero, aclaremos dijo Lemos, en ningún lugar índica sobre el supuesto relativismo cultural, moral o religioso. Eso es, simplemente, la transformación del título de una teoría física en un disparate filosófico. El pensamiento de Einstein poco, o más bien nada, tiene de relativismo en ese u otro sentido. Por tanto, aquello de que “cada uno hace y piensa lo que quiere” debería ser analizado un cachito más.


Ahora bien, algo nos había llamado la atención. El concepto "tuje" demuestra ser válido para describir o analizar el universo. O, por lo menos, no es incompatible. Si la velocidad de la luz es importante, es sólo para aceptar que las cosas pueden ser distintas a como las sabemos y pensamos hoy. El presente es lo único que no se puede cambiar, el futuro, incluso el pasado, son susceptibles de ser modificados por nuestros pensamientos. Todo lo que creemos puede mutar a una realidad, múltiple o no, más armónica con nuestros deseos. En cuanto a la imagen del espejo que cierra los ojos y, sin embargo, podemos verlo, tal vez eran dos personas, y no uno, los que se contemplaban. A veces parece increíble, pero no estamos solos en el universo

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