domingo, 10 de abril de 2011

Actualidad: se abrió el juego

A partir de esta semana, empezamos a vivir las elecciones presidenciales de octubre. La confirmación de Alfonsín como candidato de la UCR, provocó reacomodamientos políticos que, en verdad, estaban desordenados por la nueva militancia política a través de los medios de comunicación. Asistimos no a una sorpresa, más bien a la lógica más elemental en cuanto al funcionamiento de los partidos políticos. No importa cuántas veces los medios te llamen para indignarte al aire, sino el sustento real de tus pretensiones.

Lo que sucedió en el radicalismo es análogo a lo que sucede en el PRO. El candidato orgánico es Rodríguez Larreta, pero la mejor posicionada y con mayor intención de voto es Gabriela Michetti. Dentro del partido la mayoría se inclina por Rodríguez Larreta por una sencilla razón, Michetti no hizo nada durante su gestión como vice jefa de gobierno, y menos en la cámara de diputados. Sumado a que el discurso de Larreta es mucho más claro y aceptado dentro del partido y, vale decirlo, es quien conoce de gestión, además de contar con una militancia de años en la derecha nacional.

La designación de Alfonsín por la UCR rompió la inercia de muchos candidatos. A Pino Solanas la posible alianza entre el PS y la UCR le deja poco espacio a nivel nacional. Parece que bajaría a competir por la ciudad, algo totalmente lógico vista su escasa inserción en cualquiera de las provincias. Otros que empezaron a darse cuenta que la militancia en los medios es una burbuja a la hora de contar porotos, son los nucleados en el llamado “peronismo federal”. Rodríguez Saa resta puntos, Solá no tiene donde caerse muerto y Das Neves apenas logró retener la gobernación por escasos votos (todavía no resuelto). Las elecciones de Chubut y Catamarca muestran que el kirchnerismo puede competir de igual a igual contra los candidatos más afianzados territorialmente. Me animaría a decir que incluso en la ciudad de Buenos Aires, la Cámpora es la organización política que más creció en los últimos años y cuya capacidad de movilización se deja ver en cada acto de Cristina.

Así las cosas, la carrera empieza a tener sentido para el sentido común, con lo cual el resultado se abre mucho más de lo que mostraban las encuestas hasta el día de hoy. La última pregunta es ¿Cristina va por la reelección?

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