miércoles, 15 de septiembre de 2010

Columna de Música: Fanfarrias del este

En esta ocasión, voy a intentar mostrar distintas músicas que provienen de la región balcánica. La región está compuesta por los países de Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Grecia, República de Macedonia, Rumania, Servia y Montenegro y Turquía.
La música que proviene de los pueblos casi ineludiblemente tiene origen en movimientos que surgen desde su interior. Y eso se ve reflejado en los distintos ritmos o melodías que se dejan escuchar.
La música balcánica tiene en los instrumentos de viento la voz cantante de todo su sentimentalismo y espíritu.
Simplemente repasando la lista de países que integran la región de la cual hacemos mención es que nos damos cuenta de la diversidad cultural que sale desde aquí, y lo que musicalmente puede significar.
Uno de los mayores exponentes de la música balcánica es Goran Bregovic (Servia). Acá les dejo una declaración del mismo músico al respecto de su último disco llamado Alkohol, del cual escuchamos el tema Kerna Mas.

"Intento ser un compositor contemporáneo y, si mi música parece distinta de la de otros compositores contemporáneos, es simplemente porque yo provengo de otra “contemporaneidad”. Soy un compositor que proviene de una cultura que mezcla lo kitch con lo violento y las emociones desbocadas; una cultura que ha vivido un bypass por la ópera y la música sinfónica. En los tiempos en los que Monteverdi escribió “Orfeo”, nosotros aún estábamos trabajando los campos con arados tirados por bueyes, criando el ganado y pescando. Y, tradicionalmente, la música se tocaba para acompañar durante el momento de beber.
Mi disco Alkohol es una modesta contribución (¿una continuación?) a esta tradición. Es un disco en directo titulado “Alkohol” y dividido en dos capítulos: el primero, titulado Slivovitz en honor a nuestra bebida nacional, un brandy hecho a base de ciruela, está grabado en directo en Guca durante el verano de 2007. Guca es una pequeña población Serbia de unos 20.000 habitantes que acoge un concurso anual de bandas de metales en el mes de agosto y que atrae a unas 150.000 personas que, bajo unas tiendas que les protegen del sol abrasador, beben, comen carne a la brasa y chucrut cocinado a la manera serbia, y beben y escuchan música y vuelven a beber… Durante siete días. Las canciones grabadas en Guca nunca han sido publicadas antes y están pensadas para ser escuchadas y bailadas con el acompañamiento de bebidas fuertes.
El segundo capítulo, Champagne, tiene estructuras más complejas y contiene un concierto para violín, una banda de metales balcánica, seis voces masculinas y una pequeña orquesta de cámara. El violín se toca aquí de tres maneras distintas: de la manera clásica en la que se toca en la tradición europea y cristiana, de la manera en la que se toca en la tradición judía (Kletzmer), y a la manera oriental. Disfrútese con alcoholes más suaves… Y luces tenues."



Stefan Hantel, conocido como Shantel, es un productor y músico alemán. Su música se caracteriza por sus aproximaciones electrónicas a la música popular de los Balcanes.
Descendiente de inmigrantes de la Bucovina, en 1991 se mudó de manera transitoria a Paris, y allí realizó sus primeros pasos como DJ en la capital francesa. Al volver a Alemania en 1994, fundó el label Essay Recordings y una discoteca de música electrónica.
En 2001, viajó a Chernivtsi, la ciudad natal de sus abuelos, y desde este momento se empezó a interesar por la música de los Balcanes. En 2002, publicó el compilado Bucovina Club con remixes electrónicos de bandas balcánicas conocidas. En 2005 publicó la segunda parte de su compilado, Bucovina Club 2. Algunos de los temas fueron utilizados en películas como Borat, y uno de ellos fue el que escuchamos.
Seguimos con esta columna escuchando Mahalageasca, en la música de Shantel, en este caso, junto a la Mahala Raï Banda.



El siguiente grupo es un tanto controversial para los puristas de la música Balcánica. Algunos dicen que Beirut es un puñado de yankees jugando a hacer música balcánica. Desde mi punto de vista, lo que hacen lo hacen bien, y ese aire que le aportan de aquella región europea no hace más que hacer su música más interesante.
Beirut ha grabado 2 discos con marcadas influencias balcánicas antes del último disco doble, editado en el 2009, llamado March of the Zapotec/And Realpeople Holland. El primer EP es fruto de un reciente viaje a lo largo del estado Mexicano de Oaxaca, y sigue la línea etnográfica del que sería su primer LP Gulag Orkestar. En cambio, el segundo EP nace de la colaboración con la que sería la formación antigua del cantante llamada Realpeople, con tintes más electrónicos Lo-Fi, muy minimalista.
El tercer tema de la columna fue La llorona, en la gran voz de Zach Condon y en la música de Beirut.



La despedida le corresponde al quizá más conocido representante de esta música en el mundo. Corre con la ventaja de ser un afamado y reconocido director de cine. Quienes han ido a sus recitales dicen que son una fiesta incesante. Hablo, por supuesto, de Emir Kusturica & the No Smoking Orchestra.
Nos despedimos con una canción incluída en una de sus películas, Gato negro, gato blanco, quizá el tema más conocido de esa película, llamado Unza Unza Time.


Ariel Zarranz

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