jueves, 6 de mayo de 2010

Columna Actualidad: fastidiar

Según el autor, para que una columna sea de actualidad tiene que hacer ruido, debe fastidiar la comodidad de nuestra visión de la realidad. En otras palabras, debe profundizar nuestras percepciones haciendo hincapié en la obviedad o en lo oculto. Esas son sus pretensiones y credenciales.

Dicho todo esto, la columna del día de hoy trata sobre el presente más absoluto pero también sobre el futuro. Después de escuchar el debate que sucedió hace unas semanas entre el Senador radical Morales y el Ministro de Economía Boudou, me sorprendió una idea: la oposición está mal acostumbrada. Vale aclarar que la oposición (a cualquier gobierno) tiene la ventaja de hablar, proponer o relatar sobre la realidad sin la famosa repregunta que recibe cualquier oficialismo sobre sus posturas. Creo que la explicación más plausible es que el oficialismo debe representar a todos necesariamente. En cambio, la oposición sólo responde a sus votantes y/o promesas de campaña; sin embargo, cuenta con el márgen de no estar en el gobierno, por tanto muchas de sus propuestas pueden caer fácilmente en el olvido. El problema actual es que la oposición dice representar a todos pero no se escuchan muchas repreguntas, entonces es bastante lógico suponer que tiene adormecida la retórica política. Entonces cuando el debate es cara a cara, como en el barrio, es entendible por qué termina pidiendo la hora o, directamente, dando lástima.


Pasemos a las preguntas. Para dar cierto orden, empezaremos con Pino Solanas y su partido. Es notable que cuando hablamos sobre política en Argentina nos referimos a personas o personajes. ¿Por qué será? Bueno, la cuestión es que en la semana participé de una situación bastante rara. Estaba comprando en un kiosco cuando llegó un militante del partido de Pino Solanas, se presentó como tal y dijo estar recolectando firmas para evitar la proscripción de su partido a manos de la nueva ley de partidos políticos. En ella, todos los partidos, para ser considerados como tales, deben poseer cierta cantidad de afiliados además de representación en varios distritos de la Argentina. De no cumplir con esos requisitos pierden la personería jurídica. Es decir, dejan de ser un partido político reconocido por la ley y no pueden presentarse a elecciones. El problema es que el militante sólo pedía una firma (porque estaba juntando firmas nadas más) y algunos datos personales. Algo parecido a juntar firmas para defender el hábitat natural del pingüino emperador. Sin embargo, el papel que debía firmar era la afiliación al partido.

Sinceramente, este dato no dice nada por sí mismo, pero si lo evaluamos como una contradicción del discurso que emiten Pino y algunos referentes de su partido, la cuestión es más jugosa. Es muy ingenuo pensar que alguien no tiene contradicciones, todos las tenemos, básicamente porque cambiamos y modificamos conductas o ideas con el paso del tiempo. Aún cuando no se sospeche sobre la ética o ideología de alguien, es razonable prestar atención a qué tipo de discurso nos enfrentamos en la actualidad para saber dónde está parado.

El punto donde más comprometidos parecen estar, Pino Solanas y su partido, es en el tema deuda o canje de deuda. Dicen que es el más grande negociado ilícito que se llevó a cabo en el país. Pregunta: ¿las privatizadas, el mega canje, el blindaje, fueron o tuvieron consecuencias menores? Dicen que antes de pagar o cambiar títulos públicos es necesario investigar el orígen de la deuda ¿Pero eso no tendría que haber pasado cuando regresó la democracia o en el momento que resolvimos – mediante el presidente Adolfo Rodríguez Saa – la cesación de pagos? Sin embargo, la declaración de una intención absolutamente válida no recibe la famosa repregunta. ¿Escucharon en algún lugar que alguien le pregunte a Pino sobre las consecuencias que puede acarrear declarar nuevamente la cesación de pagos? ¿Alguna vez alguien le preguntó sobre las condiciones sociales necesarias para que el país resista esa situación? ¿Qué significa condiciones sociales necesarias? Es el apoyo social a su postura. Es decir, la cantidad de aprobación que necesita una medida para sostener el conflicto que puede desatar. A modo de ejemplo, podemos nombrar la 125 para el campo, la ley de medios audiovisuales, la nacionalización de las AFJP, etc. Claros ejemplos de lo que traen algunas medidas bajo el brazo, por cierto muy poco pan. De todas maneras, sabemos que Pino Solanas lidera todas las encuestas para futuro Jefe de Gobierno. Pero también sabemos que muchas de las cosas que está diciendo Pino son tomadas y seleccionadas a favor de un discurso y relato de derecha. Sin ir más lejos, Mariano Grondona dijo esta semana estar cada vez más cerca de Pino Solanas. Si nos remitimos a las columnas de opinión de Mariano Grondona en el diario La Nación observamos que su discurso no se ha modificado mucho. Salvo en que hoy está preocupado por una posible dictadura y el límite a la libertad de prensa. Eso sí cambió. Durante el Proceso de Reorganización Nacional no se lo vió muy preocupado por ese tema, parece indicar que todos evolucionan.

Para finalizar, lo que me interesa recalcar es que las medidas que Pino Solanas impulsa dentro de una alianza parlamentaria con sectores de derecha no parecen explicar el modo, la forma y/o sustento necesario para llevarlas a cabo. La anécdota del militante sirve para demostrar que nadie puede pretender apoyarse en una ética incorruptible de partido. Es demasiado improbable que Pino Solanas avale ese accionar. Sin embargo, si llegara al poder debería dar explicaciones sobre ese asunto mientras en la Cámara de Diputados se discutiría el origen de la deuda. Para embarrar la cancha basta una gota de lluvia. Es ingenuo suponer que con una ética absolutamente transparente se puede lograr todo, es desconocer la realidad del poder. Una vez en el gobierno deberá responder por todos. Para ejercitar, mal no le viene que vaya respondiendo algunas de las preguntas planteadas más arriba u otras, "cualquier ejercicio es bueno" dicen los médicos. Si queremos reventar, seccionar y dilapidar a la mais grande lacra oficialista do mundo, debemos preparar nuevos cuadros. Y no parece muy razonable pensar que eso se puede lograr al cobijo de los poderes que hoy se enfrentan con el oficialismo. Corremos un riesgo muy grande de ser usados, anudados y arrojados a un cenicero dispuesto en la mesita de luz, eso en el mejor de los casos. Podríamos terminar directamente en el suelo.

Pablo Llentilin

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