lunes, 7 de junio de 2010

Columna de Música: Charly García

«¿No te da miedo vivir así?», le preguntaron. «No, me gusta. Es parte de la religión. Los que tienen miedo se van antes. Lo que pasa es lo de siempre: si me tiño el pelo o si me interno, soy tapa de todos los diarios. Si me dieran la mitad de ese espacio cada vez que saco un disco, vendería millones», contestó.
El que dijo esto fue Charly García, y sabemos que tan mal no le fue. Pero no se debió sólo a su locura, que bien sabemos que para ser estrella de rock, hace falta un poco de eso. En éste caso, el talento fue mucho mayor a su locura, lo cual ya dice demasiado.
Deberíamos empezar por los comienzos de Charly, pero eso lo vamos a dejar para otra columna, no podemos hablar de Serú, de Sui Generis y de Charly al mismo tiempo. De todas formas, sabemos que todo eso tuvo que ver con lo que vino después, así que al menos le vamos a dedicar unos segundos y presentamos, para abrir este espacio, la versión grabada en vivo en MTV de Eiti Leda y Viernes 3 am.

Hablando la semana pasada de Fito, es bastante difícil despegarme de algunos discos que fueron los que me marcaron parte del crecimiento musical, y difícil también es intentar ser objetivos cuando algunas canciones acompañaron parte de ese proceso.
Escucharemos del 2do y 3er disco de su carrera solista, en los cuales se puede notar la evidente relación con la música que hizo en sus agrupaciones anteriores, primero Yo no quiero volverme tan loco, del disco Yendo de la cama al living del año 1982, y después Promesas sobre el videt.

Promesas sobre el videt fue grabada en el año 1984 en el disco Piano Bar, pero extrajimos la versión grabada en el año 1997 del disco Alta fidelidad grabado con Mercedes Sosa.
Charly, sobre todo en sus primeras épocas, se ha comprometido con causas relacionadas a los derechos humanos y a escribir letras relacionadas con la actualidad social. Musicalmente ha revolucionado desde sus inicios con sus composiciones, en un principio, ligadas al rock sinfónico y con variaciones instrumentales no escuchadas anteriormente, con el tiempo ha sabido crear un estilo que le dió continuidad y lo hizo reconocido a lo largo del tiempo, como quien dice, lo inmortalizó.
Escuchamos La ruta del tentempié del disco Parte de la religión, grabado casi íntegramente por él, y luego Siempre puedes olvidar, extraído del disco Filosofía barata y zapatos de goma, del año 1990.

Muchas veces sucede que la figura de la persona trasciende por sobre su música, y sabemos que Charly no ha sabido escaparle a eso, o no ha querido, o no lo han dejado. No sé si eso está directamente relacionado o no con lo que se pueda producir musicalmente, pero los últimos discos (hablo de acá a 10 años atrás por lo menos) han ido bajando su calidad, en contraposición con su aparición en los diarios, revistas y noticieros, que ha ido en aumento aunque no necesariamente hablaran de su obra en un escenario o en un estudio de grabación.
De todos modos, siempre se puede rescatar algo. Y más allá de ser el actual un momento no muy recomendable para escuchar a Charly, es evidente que no nos vamos a posar en eso y dejar sin efecto todo lo genial que ha salido de esa cabeza en años anteriores. Sería tan injusto como lo que hacen los medios en mostrar su mal momento en vez de rescatar todo lo valioso que ha hecho musicalmente. Y desde acá lo rescatamos por sobre todas las cosas. Recordemos que es este un espacio en el cual se homenajea a los músicos que han cambiado algo en la historia de la música de nuestro país o de afuera, y Charly es, ineludiblemente, uno de los elegidos.
Una muestra de su genialidad es lo que escuchamos a continuación, tema grabado en el disco Tango 4, realizado junto a Pedro Aznar, llamado Sólo Dios sabe, y nos despedimos escuchando Víctima, del disco La hija de la lágrima del año 1994, para cerrar de esta forma la columna de música.

Ariel Zarranz

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